El habla de un pueblo es su espíritu, y su espíritu es su habla (W. Von Humboldt). Lahya de wahd l-qariya hiya r-roh diala u r-roh diyala hiya l-lahya diala (W. Von Humboldt).
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martes, 3 de mayo de 2011
ENTREVISTA A LA PROFESORA VERÓNICA RIVERA EN "LDELENGUA"
Esta semana la web www.eledelengua.com publica una entrevista con la profesora Verónica Rivera. En ella se habla de la enseñanza del español pero también de nuestra lengua materna, del árabe ceutí.
En el transcurso de la entrevista, Rivera expone la situación de desprestigio que vive el árabe ceutí en nuestra ciudad y apunta el aprecio y la presencia del árabe en el aula como una de las posibles soluciones a la estigmatización que posee nuestra lengua materna.
Pincha aquí para acceder a la entrevista.
jueves, 17 de marzo de 2011
DÍA DE LA LENGUA MATERNA EN CEUTA
El pasado mes de febrero el profesor Daniel Cassany acudió al Centro de Profesores y Recursos a desarrollar dos sesiones formativas con los docentes ceutíes. Esta es la entrada que ha dedicado a la experiencia de volver a Ceuta después de ocho años:
Regresé a Ceuta hace varias semanas, para cerrar un curso en el CPR sobre "Competencias básicas en comunicación lingüística". Como en la primera ocasión, hace años, vuelo hasta Málaga y luego helicóptero hasta Ceuta, en un viaje sobrecogedor en el que se divisa todo el estrecho. Fascinante.
La asesora de lengua del CPR, Verónica Rivera, me envió previamente un magnífico resumen sobre la situación lingüística y educativa en la ciudad, que debería difundirse porque somos muchos los que ignoramos realmente lo que ocurre en este enclave tan particular, lingüísticamente, culturalmente, políticamente, etc. Entre otros datos, de los 80.ooo habitantes, casi el 50% son bilingües, o sea, lengua materna dariya y con conocimientos de español; el resto, obviamente, son monolingües españoles. Como dice Verónica, son dos comunidades separadas que cohabitan pacíficamente: la hispana y cristiana, de origen europeo, y la árabe y musulmana, de origen africano. Su distribución varía según las franjas de edad y según los estratos socioeconómicos, obviamente. Tampoco hay que olvidar dos comunidades diferentes, la hebrea y la hindú, que constituyen un 1,5% de la población, que tienen un estatus económico potente y una presencia reconocida en la ciudad, con templos religiosos y asociaciones. En la escuela, por supuesto, la distribución varía notablemente: en primaria casi el 70% del alumnado tiene el dialecto árabe como lengua materna.
Me tocó estar allí, en Ceuta, el lunes 21 de febrero, día internacional de las lenguas maternas (UNESCO 1999) y me sorprendió que los dos periódicos de la ciudad lo celebraran con editoriales muy positivas, recordando el derecho de las personas a escolarizarse y aprender con su lengua materna y celebrando el plurilingüismo y el multiculturalismo. Se entiende perfectamente si pensamos que este segmento de la poblicación --que se siente "musulmán, ceutí, español y europeo", como me recoraba una profesora con el pelo tapado con un pañuelo-- ha adquirido la facultad humana del lenguaje con una lengua, el dariya, que se habla en todo el norte de Marruecos, que es denigrada en Ceuta por los hispanohablantes y que también es denigrada en Marruecos, por considerarse un dialecto malo o sin valor, en comparación en el árabe culto o la variante del sur. De modo que son ciudadanos doblemente diglósicos y doblemente marginados por su condición lingüística. También así se entiende que habitualmente mezclen el español en sus conversaciones en dariya, para demostrar a todos que son ceutíes (y españoles, europeos) y no marroquíes.
Fuente: http://exploradorl2.blogspot.com/2011/03/dia-de-la-lengua-materna-en-ceuta.html?spref=fb
Regresé a Ceuta hace varias semanas, para cerrar un curso en el CPR sobre "Competencias básicas en comunicación lingüística". Como en la primera ocasión, hace años, vuelo hasta Málaga y luego helicóptero hasta Ceuta, en un viaje sobrecogedor en el que se divisa todo el estrecho. Fascinante.
La asesora de lengua del CPR, Verónica Rivera, me envió previamente un magnífico resumen sobre la situación lingüística y educativa en la ciudad, que debería difundirse porque somos muchos los que ignoramos realmente lo que ocurre en este enclave tan particular, lingüísticamente, culturalmente, políticamente, etc. Entre otros datos, de los 80.ooo habitantes, casi el 50% son bilingües, o sea, lengua materna dariya y con conocimientos de español; el resto, obviamente, son monolingües españoles. Como dice Verónica, son dos comunidades separadas que cohabitan pacíficamente: la hispana y cristiana, de origen europeo, y la árabe y musulmana, de origen africano. Su distribución varía según las franjas de edad y según los estratos socioeconómicos, obviamente. Tampoco hay que olvidar dos comunidades diferentes, la hebrea y la hindú, que constituyen un 1,5% de la población, que tienen un estatus económico potente y una presencia reconocida en la ciudad, con templos religiosos y asociaciones. En la escuela, por supuesto, la distribución varía notablemente: en primaria casi el 70% del alumnado tiene el dialecto árabe como lengua materna.
Me tocó estar allí, en Ceuta, el lunes 21 de febrero, día internacional de las lenguas maternas (UNESCO 1999) y me sorprendió que los dos periódicos de la ciudad lo celebraran con editoriales muy positivas, recordando el derecho de las personas a escolarizarse y aprender con su lengua materna y celebrando el plurilingüismo y el multiculturalismo. Se entiende perfectamente si pensamos que este segmento de la poblicación --que se siente "musulmán, ceutí, español y europeo", como me recoraba una profesora con el pelo tapado con un pañuelo-- ha adquirido la facultad humana del lenguaje con una lengua, el dariya, que se habla en todo el norte de Marruecos, que es denigrada en Ceuta por los hispanohablantes y que también es denigrada en Marruecos, por considerarse un dialecto malo o sin valor, en comparación en el árabe culto o la variante del sur. De modo que son ciudadanos doblemente diglósicos y doblemente marginados por su condición lingüística. También así se entiende que habitualmente mezclen el español en sus conversaciones en dariya, para demostrar a todos que son ceutíes (y españoles, europeos) y no marroquíes.
Fuente: http://exploradorl2.blogspot.com/2011/03/dia-de-la-lengua-materna-en-ceuta.html?spref=fb
sábado, 19 de febrero de 2011
LA LENGUA MATERNA COMO ELEMENTO AFECTIVO Y BASE PARA EL APRENDIZAJE
La lengua materna se ha identificado tradicionalmente con la lengua familiar o con la lengua de la madre -aunque hay casos en los que la lengua de la madre no se corresponde con la lengua mayoritariamente hablada por la familia- por ser esta la primera lengua que escuchan, hablan y aprenden las niñas y los niños desde su nacimiento. Aunque no resulta fácil definir “lengua materna”, podemos considerar lengua materna a aquella que una persona relaciona directamente con su cultura de origen, independientemente de quién haya sido la persona o el colectivo que la haya transmitido.
El reconocimiento, aprecio y respeto hacia las diferentes lenguas maternas de las ciudadanas y ciudadanos es fundamental porque si no respetamos y potenciamos las lenguas maternas, estas corren el peligro de que dejen de hablarse y que incluso desaparezcan, lo cual conllevaría un grave empobrecimiento cultural y bloquearía el diálogo intercultural. La Declaración Universal de los Derechos Lingüísticos indica, en su artículo 23, que “toda comunidad lingüística tiene derecho a usar su lengua y a mantenerla y potenciarla en todas las expresiones culturales”, por lo que hemos de defender el derecho a hablar la lengua materna, a apreciarla y potenciarla. Las lenguas maternas sirven para que nos comuniquemos, por supuesto, pero no hay que olvidar que sirven también de vehículo de expresión de ideas, de inquietudes y de sentimientos.
Cuando hablamos de lenguas maternas es inevitable pensar en que, desafortunadamente, aún siguen existiendo lenguas “de primera” y lenguas “de segunda”. Si en la escuela hay niñas y niños cuya lengua materna es, por ejemplo, el inglés o el francés, la lengua materna se verá apreciada, favorecida e incluso alabada públicamente con frases como “¡qué bien que eres bilingüe/trilingüe!”. Sin embargo, si nos encontramos ante una niña de procedencia marroquí, senegalesa, etc. las posibilidades de que disminuya la atención hacia su lengua -llegando incluso a obviarse- se elevan sobremanera. Las lenguas “de primera” son sólo unas pocas y ocupan un lugar privilegiado no por méritos propios, sino debido a razones geográficas, sociales y políticas. Estas lenguas prestigiosas, junto con las llamadas “lenguas minoritarias”, las lenguas que están en peligro de extinción y las lenguas de lugares lejanos a nuestro entorno, tienen en común que son concreciones del lenguaje, es decir, de la capacidad que todos los seres humanos poseemos para comunicarnos.
Verónica Rivera: "La lengua materna como elemento afectivo y base para el aprendizaje". Artículo completo publicado en http://aulaintercultural.org/article.php3?id_article=4000
¡LOS IDIOMAS SÍ QUE CUENTAN!
Todo un elogio de la diversidad lingüística, de la necesidad de desarrollar una educación multilingüe en la que se tenga en cuenta la lengua materna.
viernes, 7 de enero de 2011
ÁRABE Y COMPLEJOS
Hace unos meses Juan Luis Aróstegui publicó en los medios de comunicación locales un artículo que hemos anexado en el apartado "Te interesa leer" y del que ofrecemos aquí un fragmento:
"El uso del árabe en Ceuta es una realidad indiscutible que hay que aceptar con naturalidad. Y que es preciso normalizar haciendo compatible el derecho de los individuos a expresarse en su lengua materna, con el respeto a las reglas de convivencia que establece nuestro cuerpo legal.
Una de las derivaciones más nocivas de esta anomalía es su incidencia en el ámbito docente. El fracaso escolar en Ceuta es escandaloso. Es cierto que los factores que influyen en este hecho son variados y están interrelacionados, siendo muy difícil determinar la proporción en la que contribuye cada uno de ellos. Pero esto no debe servir de excusa para justificar la inacción, porque lo que también es incuestionable es que la dificultad en el manejo del idioma perjudica decisivamente el proceso de aprendizaje. Es muy complicado transmitir conocimientos desde la incomunicación. La fractura intelectual se ensancha a medida que aumenta el nivel de abstracción de los conceptos impartidos. En educación secundaria el fracaso es casi obligatorio.
Esta situación no es excepcional en nuestra Ciudad. El alumnado que tiene el árabe como lengua materna, y se desenvuelve en español con limitaciones, es ya mayoritario entre la población escolar de educación primaria (en muchos centros el cien por cien). El árabe ya está en las escuelas. Se oye en los pasillos, en los recreos, en las clases... Pero no existe para la política educativa. Para el poder establecido, garante de una ideología inquisitorial y retrógrada, se trata de un problema particular de los individuos afectados, que tienen que corregir por su cuenta y por “su bien”. Estamos cometiendo, o tolerando, un acto de irresponsabilidad cruel e injusta. No se puede culpabilizar ni condenar a un niño de tres años por hablar como le dicta su instinto.
En realidad es una patología del sistema educativo que tenemos la obligación moral de abordar de manera inaplazable. Dejando al margen sus connotaciones políticas. Es un gravísimo error utilizar el árabe en los colegios como un arma arrojadiza de doble dirección. No se puede interpretar ni como una derrota por unos, ni como una conquista por otros. Porque esta superflua diatriba termina sacrificando a miles de inocentes. En primer lugar, la pedagogía debe ofrecer un diagnóstico rigurosamente científico del modo en que el uso del árabe como lengua preferente por parte del alumnado, contamina los procesos de enseñanza aprendizaje; y proponer, en consecuencia, un elenco de alternativas posibles para superar las deficiencias halladas.
Sólo a partir del conocimiento de los aspectos técnicos de la cuestión debe abrirse el correspondiente debate político, sopesando la idoneidad y oportunidad de cada una de las estrategias propuestas. Sin apriorismos. Situando los derechos que asisten a los ciudadanos como irrenunciable epicentro de las decisiones. Y desde la plena convicción de que igualdad y diferencia son conceptos hermosos cuando se fusionan inteligente y generosamente".
En realidad es una patología del sistema educativo que tenemos la obligación moral de abordar de manera inaplazable. Dejando al margen sus connotaciones políticas. Es un gravísimo error utilizar el árabe en los colegios como un arma arrojadiza de doble dirección. No se puede interpretar ni como una derrota por unos, ni como una conquista por otros. Porque esta superflua diatriba termina sacrificando a miles de inocentes. En primer lugar, la pedagogía debe ofrecer un diagnóstico rigurosamente científico del modo en que el uso del árabe como lengua preferente por parte del alumnado, contamina los procesos de enseñanza aprendizaje; y proponer, en consecuencia, un elenco de alternativas posibles para superar las deficiencias halladas.
Sólo a partir del conocimiento de los aspectos técnicos de la cuestión debe abrirse el correspondiente debate político, sopesando la idoneidad y oportunidad de cada una de las estrategias propuestas. Sin apriorismos. Situando los derechos que asisten a los ciudadanos como irrenunciable epicentro de las decisiones. Y desde la plena convicción de que igualdad y diferencia son conceptos hermosos cuando se fusionan inteligente y generosamente".
martes, 14 de diciembre de 2010
MANIFIESTO PARA EL DÍA INTERNACIONAL DE LA LENGUA MATERNA
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La lengua materna es la lengua con la que una madre arrulla a su bebé, lo duerme, lo consuela y le canta las nanas y las canciones que a ella le cantaba su madre, y a ésta su abuela… Es la lengua con la que, más tarde, la madre llama a su niño, le riñe, le explica lo que es bueno y es malo… y, en definitiva, es la lengua con la que el niño aprende a ver y a apreciar la vida.
La lengua materna se llama así porque tradicionalmente la madre es la que realiza las funciones señaladas. Es la principal trasmisora del lenguaje en los primeros años.
La lengua materna condiciona sobremanera los aprendizajes posteriores, ya que ésta es la base del pensamiento y configura una manera especial (y distinta, afortunadamente) de observar la realidad, de ver y de sentir la vida y el mundo que nos rodea. Por este motivo, la lengua materna de un niño es fundamental en la educación, ya que condicionará su modo de comprender y aprender, así como su manera de organizarse en la vida.
En ningún momento se considera primera lengua a la lengua “oficial” (mayoritaria o no) de un lugar determinado, sino a la primera que un ser humano aprende en el contexto familiar. Este hecho es incuestionable.
Ceuta es una ciudad multicultural, y en ella habitan ciudadanos que poseen como lengua materna el español, el árabe ceutí, la jaquitía y el shindi. Las dos primeras son las lenguas con un mayor número de hablantes.
La lengua castellana es la lengua oficial de Ceuta, la institucional, la que se utiliza en los organismos oficiales y en la que se imparte enseñanza. Además, es la lengua materna de gran parte de la población ceutí.
Por otro lado, el árabe ceutí es la lengua materna de aproximadamente el 40% de la población y constituye un bien patrimonial de muchos ciudadanos. Como reconocen los filólogos dedicados a esta cuestión, es un código lingüístico con entidad propia que se diferencia de otros dialectos norteafricanos precisamente por el gran número de hispanismos que contiene (fruto del contacto lingüístico y cultural con la lengua española).
La Declaración Universal de los Derechos Lingüísticos indica, en su artículo 23, que “toda comunidad lingüística tiene derecho a usar su lengua y a mantenerla y potenciarla en todas las expresiones culturales. En efecto, la lengua es el refugio ancestral de nuestra alma y nos corresponde situarla en el lugar que se merece.
Pretendemos con este manifiesto que se aprecien y valoren en su justa medida las diferentes lenguas maternas que existen en la ciudad y que sirven de vehículo de comunicación y de expresión de inquietudes y sentimientos entre sus habitantes.
La lengua materna es un bien patrimonial que merece una necesaria valoración para que nuestra ciudad transite de la multiculturalidad a la interculturalidad y hacia la verdadera integración.
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